jueves, 26 de noviembre de 2015

#Ice

No se siente el frío, ya no. Abrazado por la presión, me encuentro de vuelta. Sobre la madera del barco, mi nuevo hogar, viviré. No puedo moverme, tampoco puedo ver, sólo siento, siento que ya no tengo frío. Los rayos del sol no son amigos, exploran lejos de aquí. Sólo quería llegar al destino, maldita tormenta, al menos nunca perdí el rumbo, sea imposible o no. Yo creo. No para mi, no para ti. Creo en todo lo demás, creo en la posibilidad, en el destino, en la magia, en la llegada del barco. Pero me encuentro lejos, el hielo que me cega e inmoviliza, la presión que no me deja subir, el sol cada vez mas lejos. Otra vez acá, esperando volver a nacer.

Es todo mentira. El viento se lleva las palabras, hoy no está escrito en el camino.
Congelado en el fondo del océano, capitán con su barco, no es la verdad. Si seguís intentando va a estar todo bien, porque creés.

No, esto nunca fue por algo vago, algo corto, algo estúpido. No importa, que no importe no significa que no tenga que importar para mí. No es necesario explicarlo.
Esto es así porque yo sabía como iba a ser, pero aún así decidí agarrar el timón.
Yo creo. Yo creo.
Nunca hoy, nunca mañana. Pero yo creo.