Sólo necesito cuatro paredes que retengan las miradas por un momento. No necesito testigos. Un techo que contenga, y un minuto de silencio, no por mi parte. Te voy a mostrar lo equivocados que están. Va a ser nuestro lugar.
Lejos, la lluvia. Esperando.
Paredes de ideas, de recuerdos, sensaciones. Tendría tiempo para contarte mis historias, hacerlas realidad.
Una soga que no ata absolutamente nada. Es mi último regalo, por siempre lo tendrías. Hasta el infinito sostendría mi palabra, aunque pese con el tiempo. Están equivocados.
Compartido en soledad, sólo escucharnos. Nadie sabría nunca de un lugar así, nadie lo conoce. No soy el único, por eso esta invitación. Es como tiene que ser, el que dura para siempre. Quiero entrar, esta noche y por el resto de los días. Donde vaya, la puerta voy a encontrar.
Es un secreto.