sábado, 21 de enero de 2017

#Quien juzga al soñador

Una vez que despiertas es difícil recordar lo que soñaste, tantas imágenes pasan desapercibidas, tantos mensajes que tu mente no logra hacerte llegar. Quiero despertar, este sueño es eterno. Puedo sentir la realidad, el tacto es real, de alguna forma están conectadas. Llegaron de nuevo, es momento y permito la entrada sólo esta vez, y la próxima, y la próxima, sólo por una vez, y la próxima. Escucho las voces gritar a los lejos, algunos los llaman gritos, yo pienso que cantan. Me cantan a mi, puedo oír sus voces como si estuviesen conmigo. No se guardan nada, y sobre las paredes las invoco, nadie más puede hacerlo. Quieren callarlas pero el mensaje no está completo. No importa nada, absolutamente nada, de lo que haga hoy aquí, cuando el sol se asome en el horizonte ya lo habré olvidado, y ustedes también. Bajo mi sombrero encontrarán una nota, una guía para intentar no perderse dentro, cuando se les permita entrar. Tienen una sola oportunidad, tengan cuidado. Ignoren las paredes, es mi consejo, eviten leer lo primero que se les presente, eviten analizar cada detalle al principio. Sólo la luz conoce la verdad, y los espera más allá de la sangrienta bienvenida. Es una prueba, pero revelarla es hacer trampa, eso no pone contento a nadie. Él no busca ser el profeta, sino la profesía. Callen sus mentes y déjense llevar, porque todo está escrito, pero nadie tiene permitido saberlo. Quien obtenga la audiencia aprenda a escuchar, porque real o no, el mensaje es uno solo. Sólo aquellos que sigan las reglas serán recompenzados, sólo aquellos que las rompan. Sigan sus caminos y olviden lo aprendido, lean. Dejen de leer. Sepan que no todos los sueños se cumplen. Estoy agradecido por ello, últimamente sólo tengo pesadillas.