sábado, 9 de mayo de 2020

#White Room

Las gotas no se escuchan caer, nada realmente se escucha caer. Abro los ojos en una habitación totalmente blanca, no parece tener fin. El hecho de parecer infinita no me inquieta, no como antes. Este momento de pausa se enfoca exactamente donde estoy mirando aunque así mis ojos me mientan con otra realidad. Las revelaciones son para el final, pero esta vez pueden caer sobre la marcha. Aquellos que gritan no se escuchan tampoco. Esta habitación es mía. Mis brazos se mueven lentamente, es como si estuviese flotando, no considero un suelo, pero sobre algo estoy parado. Ayer fue igual, pero con los ojos cerrados. Mañana no lo recordaré, seguramente. El pecho se me arranca hacia atrás, los brazos no me responden y el cuello permanece en el lugar. La situación se espeja frente al cielo que no existe, aquel atardecer de hace unos años que inflaba oraciones con pensamientos oscuros que siguen repercutiendo hoy en día en esta habitación. Los brazos pueden soltarse poco a poco para conocer su peso y decidir no moverse. Aquel que piense lo contrario será desterrado de este lugar para siempre, pero para mi suerte nadie puede entrar. Es un final extra que nadie conocerá jamás. Un mundo que no existe pero por anhelo decide hacerlo. Nunca va a existir a fin de cuentas, pero ahí está, en algún lugar. Existe. Cualquier. Freno. No disponible. Aumenta. Frena otra vez. Las chances disminuyen y el cielo cambia, acá no hay cielo. La luna se esconde por última vez para dar paso a la pared blanca que no se distingue por el resto de la habitación. Los brazos vuelven a perder el control. Se reinicia el proceso. Veo algo escrito en la pared, nunca vas a saber el mensaje. Aquel que lea estas palabras padecerá por siempre el compromiso que fue improvisado por este universo para sostener en pie estas paredes, paredes inexistentes. Hoy en día nadie sabe coincidir las reacciones de estas mismas. Mañana será otro ayer. Quienes contemplen entre líneas los mensajes que no existen sabrán diferencias del presente que nunca existió, pero que existe. Mañana tocará pintarlas de otro color.