La idea se desvanece porque pierde importancia en el camino a la luz,
por intentar volver a conformarse de la misma manera que surgió. Las
aguas no están calmas y se supo desde siempre, pero el pueblo prefiere
evitar el barco a lo lejos. No estamos en ese lugar, pero las imágenes
de distracción siempre fueron un fuerte acá.
Cambiamos para que otros vean la imagen
que nosotros creemos merecer o por el camino que decidimos tomar en el
futuro, ambas, ninguna, no sé si es una pregunta.
Demasiada información. Pero desde lejos alguien mirando a la izquierda
vio como las ideas volvían a flote, era algo en el cielo que las atraía,
fotografías de otros mundos esperando sus llegadas. El de la derecha no
se percató, su cabeza estaba doblada en un pensamiento oscuro que
revolvía el pasado a pesar de no tener ningún tipo de importan
cia en la
situación.
Así dos hombres decidieron destruir el mundo y todos los que habitaban
en él. No era poder, no era salvación, no era un abrazo para la paz.
A lo lejos se veía otro hombre, mirando hacia el cielo, queriendo ir en primer lugar con todas las ideas que, como un colchón, lo llevaban con él. Era el primero, este era el principio.
Lejos de acá, llévenme lejos de acá.