domingo, 11 de diciembre de 2016

#La noche de la luna roja

Creo que todos perdieron, pero todos consiguieron lo que querían. Obligado. Obligado?

Compañeros en esta celda, no necesariamente debe ser llamada así. En este caso, por hoy, le voy a decir por ese nombre. Oscura, sin ventanas, durante un largo tiempo sólo vos y yo, acá adentro, y un par de imágenes sobre un nuevo placard, una vista al océano en el sur, una caminata al rededor de mi living, mi primer perro y una pared colorida. Mi refugio en los peores momentos, en los asedios a mi alma, presenciados por mi ojos. Tenía algo en celda, algo para decirte, pero lo olvidé. Es simplemente una espada que entra por tu cuerpo desde el cuello hasta la cintura. No reconozco las partes, no hay merecidos ni primeros puestos. Todos, todos son nadie. Por una noche caminé por estas tierras completamente solo, y me di cuenta que siempre fue así. Desde un punto fijo, ahora comienza desde el pasado de nuevo. Porque ahora te das cuenta de que siempre fue así. Es momento de mirar hacia arriba y ver caer sobre tus ojos las lágrimas del futuro. Sin pausa, como siempre fue, como siempre será. No necesitaste nunca esto, pero es necesario para dejar de ser vos. Porque no es lo que querés, pero tampoco es lo que querés transmitir. Hoy te digo adiós, porque no tengo que pensarlo, tengo que simplemente sentirlo aunque siga sin funcionar de esta manera. Estos no son mis sentimientos, tampoco es mi alma, nunca te voy a decir la verdad. Al principio hablo de mi mente, ya sé que es obvio, volví a lo literal, te voy a distraer. Ahora imaginá una prisión, no pienses en la celda, atado a este cuerpo sin piedad que todas las mañanas cree que va a salir el sol, pero no te olvides que soy amigo de la luna. Entonces el llanto de un lobo, que retuerce tus oídos, no deja de aullar. Esa es la señal, la señal de nada hacia nadie, porque la distracción no surtió efecto. Es momento de mirar al largo y negro cable que conecta tus ojos con este falso cuadro, pintado por la mentira más grande en la que jamás creíste. Me gustaría verlo igual, ovidé que soy ciego. Esperá. Ahora dame, abrazá este pecho totalmente frío y desolado. Las plumas sin sangre que caen de él, y ella totalmente libre por fin. Yo tengo el poder acá, estaba a punto de morir, pero yo lo maté. Rompí las paredes con mis creaciones improvisadas y sellé la entrada y salida, para que nunca más tenga que volverte a ver. Le fallé a mi principio más importante, a mi sentimiento más fuerte y al punto más puro dentro de mí. Ahora qué me queda? Porque dejé de creer. Y si creés que podés hacerme creer que puedo seguir creyendo, creeme que no va a ser algo divertido. Ahora date la vuelta, mirá para otro lado, contá hasta diez y salí a buscarme. Algún día me vas a encontrar, y de nuevo, vas a mirar tus manos, y te vas a dar cuenta de que el siempre se esfumó, que tarde llegó la luz a tus ojos, temprano a los míos, y por eso ya no te puedo ver. 



Estoy acostumbrado a vivir así, pero eso es una mentira. Dentro de las oscuras paredes de mi mente, ahora sos libre, nunca te pude ver.