Recuerdo aquel momento en el que nada importaba a la hora de actuar, 
cuando estas palabras no tenían el sentido que le estabas dando en este instante,
 sino que ya habían ocurrido porque tenían que ocurrir como tenían que 
ocurrir, por más que nunca habían ocurrido. Con el paso del tiempo el 
óxido fue desapareciendo, pero simplemente para fugarse por el aire y 
terminar en otro lugar. Ahora la persona está completamente tapada por 
él. El camino sigue abriéndose una y otra vez, nunca terminando de 
formar el verdadero dilema que se presentó en un principio. Nadie quiere
 que termine esto más que yo, pero nadie quiere que esto prospere para 
siempre más que yo. Dos realidades existiendo al mismo tiempo es confuso
 de enfrentar, más cuando no sabés en cuál te encontrás y en qué 
momento. Es difícil distinguirlas pero es sencillo detectar el óxido. El olor a metal en el aire, aquel que está doblado, quieto en el medio de la nada, un desierto, el nombre que quieras darle. No te voy a enfrentar más de la manera que lo vine haciendo en los últimos años, esta vez mutando y combatiendo formas de 
llegar al dilema principal, encontré una forma de dejar de distinguir 
las diferencias entre ambas realidades. Ambas se presentan como una sola
 en este momento, es momento de permitir que la separación haga la unión
 y que el caos, que alguna vez originó todo, tome control de la 
situación. Una tradición antigua nunca existió, son distracciones para 
el verdadero fin. Un gusto a sangre que te comenté antes, no hoy. A 
través del círculo es posible el regreso, y eso está ocurriendo, pero ne
 este momento, y al mismo tiempo, otra cosa. Tal vez tenga que ver con 
el tema recién comentado, pero lo principal tampoco fue dicho. Cuando 
mires a la luna y logres ver tu reflejo sabrías de qué estoy hablando. 
El día que dejes de mirar porque te cegue la visión será un día más oscuro que si hubiese ocurrido. Hoy es un día
 para sonreír, no porque haya pasado algo que ayude a los problemas que 
no se trataron, sino porque es la única manera de no perder la cordura, 
pero incentivar la locura. Aquella mal vista porque unos pocos creen 
tener la razón de la verdad. Aquello que no ves es un punto débil, no la
 cuerda que te mantiene atado al suelo. El óxido llega a verse en tu 
frente y lo noto desde donde estoy. Espero no volver a verte. Pero quién dice, es todo lo que quiero, y no hablo de una persona. Tal vez sientas que trato de confundirte, y podrías estar en lo cierto, de no ser que todo lo que dije hoy es mentira. Volví a hacerlo, pero quién dice...
                        Hoy.
                                Mañana.
                                              5 años atrás.
                                                                  Ayer.
